1994

El cristal se enciende de tonalidades inalterables en el tiempo.

El cristal deja transmitir unas profundidades e intensidades cromáticas únicas, imposibles de obtener con otros materiales.

Para conferir al cristal el toque de color deseado, Valcucine emprende una larga búsqueda dirigida a garantizar tonalidades uniformes y duraderas.
Los estudios esmerados y una elevada competencia técnica llevan a la puesta a punto del primer barniz que no se puede templar, mantiene inalterado el color aplicado y asegura la máxima adherencia al cristal.

Un camino en evolución constante donde la mecánica y la química se encuentran y encienden la cocina de cristal de colores inalterables en el tiempo, enriqueciéndola con soluciones y combinaciones siempre nuevas.