Mármoles

La característica principal del mármol es su estética imperecedera, muy apreciada en el pasado por escultores y arquitectos que lo utilizaron para realizar obras de arte famosas en todo el mundo.
Noble y refinado, el mármol aporta elegancia y estilo “intemporal” y realza de manera única cualquier ambiente, tanto clásico como contemporáneo.
Aunque el más conocido es el blanco de Carrara, hay varias clases de mármoles con una increíble variedad de colores y matices.

Las características físicas hacen que el mármol sea un material delicado que puede ser sujeto a astillas y arañazos.
Además es un material poroso y absorbe los elementos con que está en contacto, manchándose fácilmente. Por esta razón exige un mantenimiento y una limpieza esmerados, sin utilizar productos demasiado agresivos que
puedan alterar sus propiedades. Los ácidos, aunque sean débiles, por ejemplo vinagre, limón, té, café, lo corroen formando una mancha opaca. Si ocurre esto, lo mejor es absorber el líquido derramado lo antes posible.

Sin embargo las desventajas del mármol no deben desalentar al acto de escoger un material natural muy adecuado para el uso en la cocina; hay que cuidarlo cumpliendo las pautas para su limpieza y mantenimiento correctos y tener en cuenta que optar por la piedra natural supone también admitir los pequeños desperfectos y ese aspecto
usado que sólo un material natural sabe transmitir.