En griego marmaros significa “piedra reluciente”, de hecho la luz penetra en la superficie antes de reflejarse y aporta una luminosidad especial al mármol, sobre todo blanco. Por la soberbia gama de tonalidades, dibujos y vetas es el mejor material para obras arquitectónicas y escultóricas, también porque el juego de contrastes entre distintas piedras, fruto de la combinación de arte, excelencia artesanal y conocimiento, nos permite, a los de Valcucine, conferir tridimensionalidad al dibujo, lo que aporta personalidad a cualquier ambiente.